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«El presidente Luis Abinader es el dueño absoluto del escenario político en los próximos 4 años,» «la oposición política está desfasada»

"El presidente Luis Abinader es el dueño absoluto del escenario político en los próximos 4 años," "la oposición política está desfasada"

Por/José Amador/director del Periódico Alta Gama

«Luego del triunfo arrollador del presidente Luis Abinader en las pasadas elecciones presidenciales y congresuales del mes pasado, cuando obtuvo para su reelección un 57.4%  de los votos, quedando el PLD con un 10.3%  y La Fuerza del Pueblo con un 28.8% , Con mayoría en el Congreso. El presidente Luis Abinader tiene todo el poder para hacer las grandes reformas que puedan encaminar a la República Dominicana hacia un país desarrollado institucionalmente. Los próximos 4 años son de Abinader. La oposición política de República Dominicana está desfasada, encabezada por dos expresidentes, Leonel Fernández y Danilo Medina, cuyo tiempo de incidencia ya pasó y ellos no lo entienden. El presidente Luis Abinader es el presente y futuro político en la República Dominicana.»

La oposición política en República Dominicana, representada principalmente por el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y La Fuerza del Pueblo (FP), parece haber perdido su rumbo y relevancia. Danilo Medina y Leonel Fernández, líderes de estos partidos. Con su incapacidad  para renovarse y ofrecer una visión alternativa convincente ha permitido que Abinader y el PRM capten la atención y el apoyo de una mayoría de los dominicanos.

El PLD, que dominó la política dominicana durante casi dos décadas, parece ahora una sombra de su antiguo yo, debilitado por escándalos de corrupción y una percepción generalizada de desconexión con las necesidades y aspiraciones del pueblo. Por su parte, La Fuerza del Pueblo, a pesar de ser una fuerza emergente, sigue siendo vista en gran medida como una extensión del liderazgo de Fernández, incapaz de atraer una base más amplia y diversa de apoyo.

Con la victoria de Abinader y el PRM, se abre una ventana de oportunidad para implementar reformas significativas que puedan impulsar a la República Dominicana hacia un desarrollo institucional sólido y sostenible. La capacidad de Abinader para manejar el poder que ahora ostenta será crucial para determinar el futuro del país en los próximos cuatro años.

Las reformas necesarias abarcan desde la modernización del sistema judicial hasta la mejora de los servicios públicos y la lucha contra la corrupción. Con el control del Congreso, Abinader tiene el capital político necesario para llevar a cabo estas reformas, siempre y cuando pueda mantener el apoyo del electorado y la cohesión dentro de su propio partido.

No obstante, este dominio político no está exento de desafíos. El riesgo de caer en la autocomplacencia o de enfrentar divisiones internas dentro del PRM podría socavar la capacidad de Abinader para gobernar eficazmente. Además, la situación económica global y los retos internos, como la pobreza y la desigualdad, requieren una gestión prudente y proactiva.

Para mantener su posición y capitalizar en su mandato, Abinader deberá no solo cumplir con sus promesas de campaña, sino también responder a las demandas emergentes de una población que espera ver resultados tangibles de su liderazgo.

El futuro de la oposición en República Dominicana dependerá en gran medida de su capacidad para reinventarse y conectar con los votantes de una manera que refleje sus preocupaciones y aspiraciones actuales. La renovación de liderazgo y la construcción de una agenda política que ofrezca una alternativa viable al gobierno del PRM serán esenciales para recuperar relevancia en el escenario político dominicano.

Luis Abinader se enfrenta a una mezcla de oportunidad y desafío en su segundo mandato. Su éxito dependerá no solo de su habilidad para implementar reformas significativas, sino también de cómo maneje el poder en un contexto de oposición desorganizada. Mientras tanto, la oposición debe encontrar su rumbo en un paisaje político donde su relevancia está en cuestión.

En este sentido, los próximos cuatro años serán cruciales para determinar no solo el legado de Abinader, sino también el futuro político de República Dominicana.