Portada » «A los nuevos alcaldes hay que darle los primeros 100 días para hacerles críticas, eso dice el librito, pero yo no estoy de acuerdo.»
HABLEMOS DE POLITICA OPINIÓN

«A los nuevos alcaldes hay que darle los primeros 100 días para hacerles críticas, eso dice el librito, pero yo no estoy de acuerdo.»

"A los nuevos alcaldes hay que darle los primeros 100 días para hacer críticas, eso dice el librito, pero yo no estoy de acuerdo."

Por/José Amador/director del Periódico Alta Gama

La transparencia no puede esperar 100 días

En la política, existe una noción ampliamente aceptada que sugiere dar a los nuevos funcionarios electos, como los alcaldes, un período de gracia de 100 días antes de comenzar a evaluarlos críticamente. Esta idea, frecuentemente citada como «el librito», es vista por muchos como una cortesía necesaria para que los nuevos líderes puedan asentarse en sus roles, familiarizarse con las operaciones y empezar a implementar sus políticas. Sin embargo, en el contexto de la administración pública y la gestión de recursos de los contribuyentes, esta indulgencia inicial merece ser reconsiderada.

Además, es importante considerar que la preparación para el cargo no empieza el día de la toma de posesión. Los candidatos pasan meses, o incluso años, en campañas donde presentan sus planes y se preparan para asumir sus funciones. Al ser elegidos, se espera que lleguen al cargo con un conocimiento sólido de los desafíos que enfrentarán y con un equipo listo para actuar.

La crítica constructiva no es un ataque personal. Los funcionarios públicos deben entender que el escrutinio es una parte intrínseca de su rol. Los medios de comunicación, como representantes de la voz pública, cumplen una función vital al cuestionar y examinar las acciones de los líderes. Esta crítica, lejos de ser vista como algo negativo, debe ser acogida como una herramienta para mejorar la transparencia y la efectividad en la gestión.

Desde el primer momento en que un alcalde asume su cargo, empieza a manejar fondos públicos y a tomar decisiones que afectan a la comunidad. Cada acto, cada decisión y cada asignación presupuestaria pueden tener impactos significativos, y es precisamente por eso que la vigilancia y la crítica deben comenzar de inmediato. Esperar 100 días para empezar a cuestionar la gestión de un funcionario es, en esencia, dejar pasar más de tres meses sin la debida fiscalización, lo que podría permitir la implementación de políticas ineficaces o incluso corruptas.

Por lo tanto, el concepto de los primeros 100 días como un período intocable no se sostiene en un contexto de gestión pública responsable. Cada decisión tomada en esos primeros días puede tener consecuencias duraderas. Es esencial que desde el primer día se promueva la fiscalización y que los líderes estén dispuestos a ser transparentes y receptivos a las críticas.