Por/José Amador/director del Periódico Alta Gama
«El expediente Danilo Medina llama ‘ratas’ a los que él culpa de la derrota del PLD en las pasadas elecciones presidenciales y congresuales, pero creo que no pensó bien antes de hablar, porque si el PLD está en las condiciones pírricas que está, es culpa de él y sus familiares y exfuncionarios que fueron sometidos por corrupción. Para mi, esas son las verdaderas ‘ratas’ que traicionaron al PLD.»
Las recientes declaraciones de Danilo Medina, expresidente de la República Dominicana y presidente del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), han generado un acalorado debate en la esfera política del país. Medina calificó a ciertos miembros del partido como «ratas», culpándolos de la derrota sufrida en las elecciones presidenciales y congresuales pasadas. Este comentario, que busca señalar a traidores internos como responsables del declive del PLD, merece un análisis profundo y una reflexión crítica sobre la situación actual del partido y las verdaderas causas de su descalabro.
En su arenga, Medina parece aludir a los miembros del PLD que se distanciaron o que contribuyeron, directa o indirectamente, al deterioro del partido. Sin embargo, atribuir la derrota a la «traición» de unos pocos es una simplificación excesiva de una problemática mucho más compleja. El PLD, bajo el liderazgo de Medina, enfrentó serios retos internos que incluyen la fragmentación del partido, la desilusión de sus bases y la erosión de la confianza pública debido a acusaciones de corrupción.
El legado de Medina y su administración está marcado por escándalos de corrupción que implican a varios altos funcionarios y familiares. Estos casos no sólo dañaron la reputación del PLD, sino que también socavaron la integridad de su liderazgo. Las «verdaderas ratas» son aquellos exfuncionarios corruptos que, a través de sus acciones ilícitas, traicionaron los principios del partido y contribuyeron a su declive. Esta perspectiva resalta una realidad incómoda: el PLD no fue derrotado únicamente por fuerzas externas, sino también por la corrupción interna y la mala gestión.
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