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Editorial: El Contraste de los Sueños: Nueva York vs. República Dominicana

Editorial: El Contraste de los Sueños: Nueva York vs. República Dominicana

Por José Amador, Director del Periódico Alta Gama

“El Sueño del Dominicano: Nueva York con Altos Impuestos, pero Reticente a Contribuir en su País”

En nuestra sociedad, es común escuchar a los dominicanos expresar su deseo de emigrar a Nueva York, una ciudad símbolo de progreso y oportunidades. Sin embargo, detrás de este sueño, muchas veces ignoramos un hecho crucial: vivir en una urbe como Nueva York implica asumir una carga impositiva considerable, la cual los residentes aceptan como parte del precio por disfrutar de servicios de calidad y un entorno de desarrollo continuo.

Este contraste nos lleva a reflexionar sobre una cuestión inquietante: ¿por qué muchos de nuestros compatriotas están dispuestos a pagar impuestos en el extranjero, pero se resisten a hacerlo en su propia tierra? La respuesta podría estar en la desconfianza hacia el manejo de los recursos públicos, una percepción que no surge de la nada, sino de décadas de promesas incumplidas y un sistema que a menudo falla en satisfacer las necesidades básicas de la población.

Sin embargo, esta actitud también refleja una falta de compromiso colectivo con el desarrollo nacional. Construir un país desarrollado no es tarea exclusiva del gobierno; es un esfuerzo conjunto en el que los ciudadanos, como protagonistas, deben aportar lo que les corresponde. Los impuestos son una herramienta clave para financiar proyectos de infraestructura, educación, salud y seguridad, elementos esenciales para mejorar nuestra calidad de vida.

Es cierto que el gobierno tiene la responsabilidad de garantizar transparencia y eficiencia en el uso de los fondos públicos. Sin embargo, como ciudadanos, debemos comprender que no podemos exigir progreso sin estar dispuestos a contribuir a él. Querer disfrutar de los beneficios de una sociedad avanzada sin asumir los sacrificios necesarios es una contradicción que debemos superar.

Nueva York no se convirtió en lo que es por arte de magia. Su progreso es el resultado de políticas claras, ciudadanos comprometidos y una visión colectiva de desarrollo. Si queremos ver una República Dominicana avanzada, necesitamos cambiar nuestra mentalidad y comprender que el desarrollo comienza por nosotros mismos.

Es hora de que dejemos de idealizar lo ajeno y empecemos a valorar lo propio. Invirtamos en nuestra nación con la misma energía con la que soñamos con el extranjero. Solo así podremos construir un país digno de los sueños de todos los dominicanos.

José Amador
Director del Periódico Alta Gama