Por José Amador, Director del Periódico Alta Gama
El tránsito en la República Dominicana, particularmente en Santo Domingo, se ha convertido en un verdadero calvario para los ciudadanos. Lo que antes era un desafío ahora roza lo insostenible, con largas horas atrapados en embotellamientos interminables que afectan la calidad de vida, la productividad laboral y la salud mental de la población. En este contexto, resulta preocupante que la máxima autoridad del Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre (INTRANT), Milton Morrison, ofrezca recomendaciones que reflejan una desconexión alarmante con la realidad y una incapacidad manifiesta para abordar la raíz del problema.
Las recientes declaraciones de Morrison, instando a los ciudadanos a utilizar aplicaciones GPS para evitar el tráfico y a salir de sus hogares con una hora de antelación, no solo subestiman el drama cotidiano que viven los conductores, sino que también representan una renuncia implícita a la responsabilidad que le compete como funcionario público. ¿Es esta la solución que merece un país que se esfuerza por modernizarse? ¿Delegar en el ciudadano la gestión de una crisis que debe ser resuelta desde la planificación estatal?
Es importante recordar que Milton Morrison ya dejó una huella de cuestionable eficacia en su paso por la Empresa Distribuidora de Electricidad del Sur (EDESUR). Su gestión fue marcada por críticas constantes debido a apagones prolongados, deficiencias en el servicio y una incapacidad para estabilizar una de las empresas más importantes del sector eléctrico. Ahora, como director del INTRANT, parece repetir un patrón similar: dilatar las soluciones, trasladar la responsabilidad al usuario final y evadir la rendición de cuentas.
El tránsito vehicular no es un fenómeno espontáneo ni se soluciona con consejos simplistas. Requiere planificación, inversión en infraestructura, semaforización inteligente, desarrollo del transporte público y, sobre todo, liderazgo estratégico. Sin embargo, la administración actual del INTRANT parece estar más enfocada en gestionar la percepción pública que en ejecutar acciones concretas que alivien el caos en las calles.
Decir que “no es cuestión de magia” mejorar el tránsito es cierto, pero tampoco es magia lo que se espera de Morrison, sino capacidad técnica, visión de futuro y una voluntad firme para enfrentar el problema de forma estructural. La ciudadanía está cansada de excusas y soluciones a medias. Lo que necesita es una autoridad que asuma su rol con seriedad, sin trasladar al pueblo la carga de una gestión ineficiente.
Desde el periódico Alta Gama, hacemos un llamado a las autoridades correspondientes, especialmente al presidente Luis Abinader, para que evalúe con rigurosidad la dirección del INTRANT y considere los cambios necesarios. El país no puede seguir permitiendo que funcionarios de bajo rendimiento obstaculicen el progreso. La República Dominicana merece líderes competentes, capaces de convertir los desafíos en oportunidades y de ofrecer soluciones reales a los problemas que afectan a millones de dominicanos.
El desorden y la incapacidad no deben ser la norma en nuestras instituciones. El tiempo de las excusas ha terminado; es hora de actuar con determinación y responsabilidad.
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