Por Roberto Veras. –
El término “manipulación” es una palabra más suave que describe a un chantajista, es decir, es una manera más amable de describir personas que abusan de otras por tener informaciones clasificadas.
Si permitimos que el chantajista obtenga lo que quiere, básicamente significa que lo estamos recompensando por su mal comportamiento y haciéndole saber que puede hacerlo una y otra vez.
Desafortunadamente, la mayoría de nosotros en un momento u otro hemos estado en el lado equivocado cuando alguien cercano ha querido manipularnos.
Los chantajistas, también pueden amenazar con hacer públicos los trapos sucios de una institución, para obligar al incumbente a obedecer ante sus intereses.
Lo correcto es hacer las cosas siempre bien, este es el método infalible ante esos chantajistas o manipuladores. En buen dominicano “no tener cola que le pisen”.
Romper el hábito de ceder ante los chantajistas de la comunicación puede ser difícil, pero si en algún momento se siente acorralado, hay un paso muy eficaz que puedes tomar, para detener al chantajista en seco. Decide no ceder a su solicitud y enmienda el error cometido.
Existe una gran posibilidad de que el chantajista se enoje o incluso se vuelva abusivo, pero debe mantenerse firme y basarse en sus creencias, valores y ser fiel a sí mismo.
Los chantajistas de la comunicación deberán entender que nosotros como comunicadores estamos en la obligación de denunciar las cosas que están mal con el único interés de que se mejore esa acción; nunca para recibir prebendas personales. Lo que está bien, está bien y lo que está mal, está mal.
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