Miles de migrantes haitianos se agruparon frente a un estadio convertido en una oficina de migración, para exigir a las autoridades mexicanas que los dejaran pasar libremente al país.
Dos caravanas de migrantes, en su mayoría de Haití, partieron de la ciudad sureña de Tapachula en las últimas semanas.
En su mayoría partieron a pie para el largo viaje con la esperanza de llegar a la frontera entre Estados Unidos y México.
Decenas de personas también se han quedado en Tapachula, cerca de la frontera con Guatemala.
Allí solicitan la condición de refugiado y esperan recibir visas que les permitan transitar por el país.
Unas 130,000 personas habrán solicitado asilo o estado de protección para fin de año, proyectó el lunes la Secretaría de Gobernación de México.
Más de 50,000 de las 116,500 solicitudes recibidas en lo que va de año fueron de haitianos, agregó.
Haitianos solicitan asilo
Los migrantes suelen solicitar asilo como primer paso para recibir una visa que les permita viajar libremente dentro de México.
“Necesitamos documentos para poder movernos por aquí en México”, dijo el migrante haitiano Robinson.
Robinson negó a dar su apellido, y agregó que los compañeros migrantes que intentan cruzar el país sin una visa adecuada son enviados de regreso a Tapachula.
“No puede ser así”, dijo, hablando afuera del estadio, donde el Instituto Nacional de Migración (INM) de México instaló oficinas improvisadas para manejar un aumento en la demanda.
El aumento de haitianos que intentan atravesar México se vio impulsado por el malestar económico, un terremoto y la agitación política tras el asesinato del presidente haitiano Jovenel Moise en julio.
El grupo afuera del estadio en Tapachula el lunes también incluyó a migrantes cubanos y venezolanos.
A unos 100 kilómetros (62 millas) de distancia, en la ciudad de Mapastepec, una caravana de migrantes en dirección norte con unas 2.500 personas, en su mayoría de Haití, se tomó un descanso después de caminar desde antes del amanecer.
Loubens Narcisse dijo que esperaba obtener una visa más fácilmente en otro estado de México, incluso si tuviera que caminar cientos de kilómetros.
“No es fácil, pero se puede hacer”, dijo.
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